Se suele decir que la única constante en la vida es el cambio en sí mismo. Los demócratas dan paso a los republicanos; los hoverboard dan paso a los Hatchables; el iPhone 6 da paso al Note 7, que explota y por ello allana el camino al iPhone 8… Incluso las tendencias en la vivienda cambian – una categoría en la que los cambios solían ser tan glaciales que apenas eran perceptibles para el ojo inexperto, también está ahora experimentando una profunda transformación.
Como el mercado inmobiliario del país está empezando a notar una recuperación importante, la forma y la función de los hogares están cambiando rápidamente para satisfacer la nueva realidad del estilo de vida español. Lo pequeño es “el nuevo grande”. La arquitectura modular es el nuevo “a medida”. Las impresoras en 3D son las nuevas constructoras. La vida en comunidad es la nueva obsesión de lujo para adultos.
Incluso las yurtas, las tiendas de campaña utilizadas por los nómadas mongoles de la estepa, están de moda. ¡Y no es broma!
Tendencia 1: los micropisos en las ciudades
Todo el mundo sabe que el espacio no es barato en las ciudades más caras del país: nos referimos a Barcelona y Madrid. De ahí la proliferación de micropisos – espacios habitables completamente amueblados que abarcan entre 35 y 50 metros cuadrados.
Los pisos son más diminutos que las casitas diminutas – midiendo de un cuarto a un tercio del tamaño de un piso medio de un edificio recién terminado. Estas miniaturas ya fueron noticia con la famosa propuesta de pisos de VPO de 35 m2 de la ministra Trujillo, allá por el año 2005, y que causaron un gran revuelo. Pues bien, cada día más de estos pequeños pisos están surgiendo en las grandes ciudades, también en EEUU: Nueva York, Seattle y Los Ángeles copan este nuevo mercado.
Lo que les falta en tamaño, los micropisos lo compensan generalmente con precios más bajos. Lo normal es que cueste a los inquilinos un 15% menos que un piso estudio en el mismo barrio. Pero los residentes pueden terminar pagando un poco más por las comodidades de lujo que incluyen, como muebles convertibles, wi-fi gratis, servicio de limpieza semanal y a veces incluso actividades dentro de la comunidad (yoga, clases de guitarra, idiomas…).
Tendencia 2: el fenómeno co-living ha llegado a la ciudad
Los días de buscar compañero de piso por palabras y después rezar a la Virgen, están contados. El co-living es un movimiento en el que jóvenes trabajadores seleccionan cuidadosamente a sus compañeros de piso/mejores amigos y viven juntos en un alto nivel de armonía, y sí: esta es una moda importada directamente desde EEUU, concretamente de Silicon Valley.
El verdadero atractivo del co-living es el ambiente comunitario, donde los residentes pagan un pequeño extra para mezclarse y relacionarse los unos con los otros durante las cenas dominicales, talleres de fin de semana o compartir diferentes espacios comunes del edificio. Otros beneficios son los alquileres más cortos (algunos de solo tres o seis meses), así como servicios de limpieza para minimizar las disputas.
Estos espacios han causado furor en primera instancia en las áreas urbanas llenas de hípsters. Ciertamente se trata de una nueva propuesta inmobiliaria que responde al alto coste del mercado y se adapta a las principales necesidades de los jóvenes.
Tendencia 3: Las casitas más punteras son autobuses escolares
La locura por las viviendas diminutas no es precisamente nueva: con media docena de reality shows y sus devotos seguidores, la moda de confinar al personal en unos pocos metros cuadrados nos suena a todos. Pero, ¿por qué mudarse a una casita pequeña cuando podrías vivir en un autobús escolar?
Una combinación del movimiento DIY sumado a la manía de “cuanto más pequeño, mejor” ha dado lugar a más gente tratando de construir casas a partir de todo tipo de vehículos. Para muestra, un botón: una pareja alemana adquirió un autobús escolar de 1996 por 10.000€. Con un poco de ayuda, algunos tutoriales sacados de YouTube y mucho sudor (más aparte otros 50.000€), convirtieron el vehículo en un loft de 60 m2 con suelo entarimado, baño seco ecológico y una ducha con agua caliente alimentada por paneles solares. ¿Lo mejor? Cuando esta pareja terminó su vivienda se fue a recorrer el mundo con ella.
Tendencia 4: ¿por qué no vivir en una yurta?
Con los precios actuales de las viviendas y alquileres, las casas asequibles parecen una fantasía. Aquí es donde entran las yurtas.
Estas casas circulares que han dado cobijo a los nómadas de Mongolia durante miles de años, cuestan un poco menos que la mayoría de casas tradicionales. Un modelo de aproximadamente 200 m2, con revestimiento de madera y paredes de vinilo podría costar unos 20.000€ (cimientos y conexión a servicios públicos aparte).
Esa es la razón principal por la que en los últimos cinco años las ventas de estas estructuras han aumentado sobre un 10% anual. Hay jubilados que deciden comprar una pequeña parcela y construirse allí una yurta, para acabar con las deudas y tener un poco más de libertad. Los jóvenes también optan por este modelo de vivienda: es lógico que no quieran meterse en grandes hipotecas sin saber si van a poder hacer frente a los pagos.
Tendencia 5: los edificios del bienestar
Estos días, la salud y el bienestar son más que palabras de moda. ¿Quieres una prueba? Solo observa la proliferación de ropa de moda deportiva en cualquier tienda (incluidas las de Inditex), los estudios de lujo para spinning y los Fitbits. Así que no es sorprendente que los edificios con “certificado de bienestar” se estén imponiendo.
Más de 50 apartamentos y edificios de pisos de todo el mundo están solicitando ahora el nuevo Certificado de Bienestar (Well Being Standard). Al igual que el certificado LEED para edificios sostenibles, la designación se administra por un grupo llamado El Instituto Internacional del Bienestar. Para obtener la cualificación, el diseño de un edificio tiene que incorporar elementos saludables como la calidad del aire y del agua, luz natural y fitness.
Esto se traduce en la colocación de las escaleras en los lugares más importantes para animar a los residentes a caminar más, incluir gimnasios y consultorios médicos en la planta baja, y ponerle remedio a cualquier olor o ruido que pudiera resultar estresante. Como se trata de un proceso novedoso, ningún edificio ha obtenido todavía este certificado.
Tendencia 6: el gran acontecimiento modular
Las casas modulares ya no se limitan a las cadenas de montaje para los parques de caravanas. Las casas modulares de lujo están empezando a saborear el momento y son el centro de atención desde la reciente inauguración de la torre modular más alta del mundoen Brooklyn, Nueva York. Se espera que este edificio de 32 pisos para alquileres inspire a otras grandes constructoras a utilizar la arquitectura modular. Y, ¿por qué no? Las viviendas prefabricadas son con frecuencia de mayor calidad (porque se construye en interiores, a salvo de las inclemencias), cuestan un poco menos (se desperdicia menos material) y pueden construirse mucho más rápido que las casas tradicionales.
Tendencia 7: una impresora en 3D construirá tu próxima casa
Prepárate para el futuro: se espera que las casas creadas por una impresora en 3D sean más baratas que las residencias tradicionales: no precisan tantos obreros para la construcción y generan menos residuos, ya que las máquinas solo utilizan el material que necesitan. Las nuevas casas podrían ser diseñadas por gente corriente como tú y estar impresas en unos días.
La tecnología sigue evolucionando, pero los edificios rudimentarios, la mayoría de cemento, ya se están imprimiendo por todo el mundo: una vivienda de dos pisos y 1.300 m2 se imprimió recientemente en China en tan solo 45 días.
Puedes tener un diseño de calidad dentro del presupuesto. Ahora puedes acudir a un constructor y obtener una casa totalmente personalizada: tu modo de vida se convierte en un medio de expresión personal.
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